La versión cefálica externa es una maniobra practicada en obstetricia para cambiar la presentación y posición del feto con relación al canal de parto. Esta se realiza a través de la superficie del abdomen de la gestante.
Es perfectamente normal que los bebés se muevan y alteren su posición dentro del vientre de la madre en los días próximos al parto. Casi siempre adoptan la orientación más adecuada, que es con la cabeza orientada a la vagina, su canal de parto. Esta posición se llama presentación cefálica, pero el feto también puede estar en la posición podálica, esto es equivalente a decir que lo primero que se coloca en el canal del parto son los pies o las nalgas. En estos casos, se intenta la versión cefálica externa para tratar de que adquiera la posición cefálica, la que facilitará el parto y no tener que recurrir a la cesárea.
Para conocer más sobre la presentación podálica: ¿Qué puede suceder si tu bebé viene en presentación de nalgas?
Datos sobre la versión cefálica externa
En la medida que avanza el embarazo, el porcentaje de fetos en posición podálica o de nalgas se reduce. Al acercarse a las 28 semanas el porciento de niños en esta orientación oscila sobre el 35%, mientras que en las 32 este número se reduce al 15%. Ya próximo al parto, sobre las 37 semanas, tan solo entre el 3 al 4% de los bebés no orientan su cabeza hacia el canal del parto o sea no adquieren la posición cefálica.
Si bien es cierto que el parto vaginal en posición podálica es posible, en estos casos la cesárea es la vía que reduce el riesgo de complicaciones al nacer y la muerte prematura. Previamente a recurrir a la cirugía, se intenta que mediante la versión cefálica externa el feto cambie de posición.
Esta técnica no es para nada nueva, pues fue descrita por Hipócrates y ampliamente utilizada hasta mediados del siglo XX. En la década de los años 50 y diversas publicaciones reportaban que aplicando la versión cefalica externa la muerte fetal y materna aumentaban y no era aconsejable sus uso. En este caso La práctica de la VCE decayó durante los años 50 y 60 debido a una serie de publicaciones que reportaban una alta incidencia de muerte fetal y de morbilidad materna. Varios de estos estudios se basaban en casos en los que se empleaba anestesia general y en fetos pretérminos.
Otros estudios posteriores han demostrado un alto grado de seguridad cuando se aplica este procedimiento por personal entrenado, con las condiciones adecuadas y respetando las indicaciones establecidas. A partir de los años 90 nuevamente la versión cefálica externa se fue retomando, actualmente es una alternativa disponible en numerosas instituciones especializadas y es una opción que se le puede ofrecer a la embarazada explicándole todas las ventajas y desventajas de este procedimiento.
La versión cefálica externa actualmente es recomendada por numerosas asociaciones de profesionales como la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, The American College of Obstetricians and Gynecologists , The Royal College of Obstetricians and Gyneacologists del Reino Unido, Royal Dutch Organization for Midwives y de la Dutch Society for Obstetrics and Gynaecology.
Realizando una versión cefálica externa
Esta maniobra se realiza alrededor de la semana 37, cuando se ha confirmado por ultrasonido que el bebé no viene en orientación cefálica. No se hace antes de esa fecha para que si algo sale mal y hay que hacer una cesárea de emergencia el niño no sea prematuro.
Previo a la versión cefálica externa, el ginecólogo orientará a la gestante sobre todos los particulares de la técnica, incluyendo las ventajas y posibles complicaciones. Cuando ella entienda todo perfectamente, deberá firmar un consentimiento escrito de que acepta que se ejecute la maniobra.
Se toman entonces las constantes vitales de la madre y se realiza una ecografía para estimar el peso fetal, la presentación actual, el estado de la placenta y el cordón y la cantidad de líquido amniótico presente en la matriz. También se realiza un test basal de bienestar fetal y se miden las contracciones si las hubiese.
Al momento de la maniobra la mujer ha de estar en ayunas y con la vejiga vacía. También es preciso realizar el preoperatorio y se ejecuta cerca de un quirófano equipado para cesáreas de emergencia. Se administra medicación para que no haya contracciones que dificulten la maniobra y un relajante muscular para que la madre esté tranquila.
Para realizar la versión cefálica externa, se lubrica abundantemente la zona del abdomen de la embarazada y se ejecuta el procedimiento sin movimientos bruscos, pero con una presión moderada y continua. Si la embarazada presenta mucho dolor, hay cambios peligrosos en la frecuencia cardíaca fetal o la maniobra falla tras 3 intentos, la versión cefálica externa debe ser interrumpida.
Tras concluir la manipulación se controla el bienestar fetal, monitoreando los latidos cardiacos del feto por al menos durante 40 minutos, sea la versión cefálica externa exitosa o no. Si no hay alteraciones ni sangrado o dolor en la gestante, puede darse de alta.
Se recomienda que realice reposo relativo durante un día al menos. Tras esas 24 horas, la mayoría de las instituciones programa otro control para verificar que la maniobra ha sido exitosa y no hay efectos secundarios.
En el caso que el feto regrese a la posición podálica o de nalgas, transcurrida una semana puede intentarse otra vez realizar una versión cefálica extern.
¿De qué depende que la versión cefálica externa sea exitosa?
Esta maniobra tiene variantes que se pueden aplicar, pero no siempre logra su objetivo. En esto influyen la colocación y el tamaño del feto, el grado de relajación materna, el peso de la mamá, el tono muscular de su abdomen y otros elementos más. Aunque es una manipulación muy segura, puede causar dolor e incomodidad a la madre.
No obstante, hay casos en que no se recomienda realizar la versión cefálica externa. Entre ellos:
- Cuando el parto vaginal no es viable por algún motivo.
- Si el Índice de Líquido Amniótico es menor de 5.
- Ante la presencia de placenta previa.
- Si existen alteraciones en la prueba de bienestar fetal.
- Si hay desprendimiento de placenta.
- Cuando hay embarazo múltiple.
- Si hay hemorragia vaginal.
- Cuando la madre tiene patologías relacionadas con la coagulación de la sangre.
- Si no se puede palpar la cabeza de forma externa.
- Ante la ruptura de la bolsa de aguas.
También se consideran contraindicaciones relativas y que deben ser analizados muy detenidamente si es conveniente su realización, en las siguientes situaciones:
- La madre tiene cicatrices uterinas previas.
- Si el peso fetal estimado es superior a los 3800-4000 g.
- Cuando la madre es hipertensa.
- Si la madre está en labor de parto.
- Ante la presencia cardiopatías maternas.
- Si tiene crecimiento uterino retardado.
¿Cuáles son los riesgos de realizar una versión cefálica externa?
Esta maniobra está descrita como segura y sencilla, pero como cualquier manipulación en el embarazo no está exenta de riesgos. La posibilidad de complicaciones es mínima, el regreso del feto a la posición podálica es de solo un 5% tras un procedimiento exitoso. Asimismo, solo existe una posibilidad inferior al 0.5% de que sea necesario realizar una cesárea de urgencia tras una maniobra de este tipo.
También las posibilidades de alteraciones cardiotocográficas o desprendimiento de placenta prematuro son mínimos.
En comparación con los riesgos que conlleva un procedimiento quirúrgico como la cesárea tanto para ti como para tu hijo, la versión cefálica externa es una forma de viabilizar el parto natural que vale la pena ensayar.
Sería conveniente la lectura de: La cesárea, ¿cuándo es necesario efectuarla?