¿Cuál es tu versión favorita de Estaba el señor don Gato? ¿Qué dices? ¿Que no conoces esta canción? Imposible: se viene transmitiendo de generación en generación desde hace más de 500 años. De España pasó al norte de África y América y es una de las canciones infantiles más populares del mundo, tanto que… ya no se sabe quién ni cuándo la inventó pero todo el mundo la canta.
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Estaba el señor don Gato: un poco de historia
Según la prestigiosa Biblioteca Virtual Cervantes Estaba el señor don Gato es una antigua canción de origen sefaradí. Versiones recogidas en la ciudad de Tetuán, en Marruecos, uno de los asentamientos judíos más antiguos del mundo, dicen que se canta en julio o agosto, cuando se conmemora la destrucción del Templo de Jerusalén. Las canciones típicas de esta época se llaman “endechas” y tienen como motivo lamentarse por tan aciago acontecimiento.
Sin embargo, con la melodía de una de las endechas, los niños judíos de Tetuán cantaban esta canción con letra risueña y final cómico, y la prueba consistía en no reírse al final. Al que se reía se le decía: “Porque te reíste en día de Tisabeá llorarás el día de Rosaná”.
Según otras teorías, el romance Estaba el señor don Gato tiene su origen en la época renacentista, a partir de la predilección de esta época por narrar desventuras humanas personificadas en animales como perros, gatos y zorros. En algunas versiones don Gato no resucita para regocijo de los ratones.
En otras versiones la canción incluye un juego infantil, como por ejemplo que las niñas deben darse un abrazo al finalizar la canción.
En esencia, la canción nos cuenta la historia de Don Gato, sentado en silla de oro o sentado en el tejado, quien sorpresivamente se entera de que va a ser casado. Es tanta su emoción que se cae del tejado y se rompe siete costillas y quizás algunas partes más de su esqueleto (la cabeza, el brazo, la puntita del rabo…). Los doctores lo dan por muerto, y cuando lo llevan a enterrar, por la calle del Mercado o la calle del Pescado…¡el olor de las sardinas lo resucita! Reafirmando así la antigua leyenda según la cual los gatos tienen siete vidas.
Versiones e intérpretes de Estaba el señor Don Gato
A lo largo de la historia, decenas de artistas e intérpretes han grabado sus versiones de la canción, desde músicos populares como Rosa León o Los Payasos de la Tele hasta conjuntos corales como la agrupación Coral Iter o el argentino Conjunto Pro Música de Rosario.
También hay una versión en inglés con la música de “Vamos a contar mentiras”, interpretada por The Biscuit Brothers.
En España es muy popular la versión del grupo EnCanto, creador del proyecto pedagógico musical en formato audiovisual Cantajuego. Precisamente, el romance Estaba el señor Don Gato se encuentra en el volumen 2, editado en el año 2006 y reeditado en 2014, renovado y actualizado.
En esta versión los artistas combinan la letra y música con animaciones y una sencilla coreografía con mucho ritmo y color, como muchas otras canciones infantiles fáciles y pegadizas.
¿Estás pensando en compartir la canción Estaba el señor don Gato en la próxima fiesta infantil que organices? Es muy fácil hacerlo ya que puedes encontrar decenas de versiones en el popular sitio de videos y elegir la que más te guste. La del grupo EnCanto puede disfrutarse gratuitamente desde su página en Internet.
Sin embargo puede ser mucho más divertido si invitas a los niños a protagonizar la canción mediante mímica y actividad corporal, por ejemplo:
- Al comenzar la canción (“Estaba el señor don Gato sentadito en el tejado”), sentarse como gatitos.
- Cuando la canción refiere al casamiento de don Gato, tomarse del brazo del compañero.
- En la estrofa sobre su posible novia (la gatita blanca o parda según la versión), colocar las manos en jarra y mover la cintura.
- Cuando don Gato se cae del tejado, rodar por el piso.
- Respecto de los huesos rotos, llevar las manos a las costillas e inclinarse como si dolieran.
- Cuando el gato resucita, saltar con los brazos abiertos.
Los niños pueden también utilizar instrumentos como panderetas, tambores, castañuelas, xilofones o simplemente las palmas de las manos para acompañar los estribillos.
¿Qué te parecieron estas ideas? Ponlas en práctica en la próxima fiesta de cumpleaños. Diversión garantizada. Y después… ¡a comer la tarta de cumpleaños!
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