El prodigio de la naturaleza que le permite a una madre desarrollar el feto dentro del útero está rodeado de secretos y maravillosos momentos, que solo puedes apreciar en toda su expresión cuando eres protagonista de esa feliz etapa. Pero de seguro en numerosas ocasiones te habrás preguntado: ¿Qué hace mi feto dentro del útero?. Aquí van algunas respuestas.
Lo principal actividad del feto dentro del útero es desarrollarse, crecer y engordar, pero además de desarrollar sus órganos y sistemas y ganar peso y talla, estas actividades comienzan a combinarse con otros movimientos y reflejos que le serán imprescindibles para su vida extrauterina. Haremos un breve recorrido por algunos de ellos.
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Convirtiéndose de embrión a feto dentro del útero
Así, pasa en su camino de embrión a bebé de ser un simple óvulo fecundado a convertirse en una personita que mide entre 48 a 51 centímetros y pesa entre 3 a 3.7 kilogramos. Esto, por supuesto, ya es una tarea lo bastante ardua, pero al mismo tiempo va desarrollando sus capacidades funcionales para respirar, alimentarse, orinar, defecar y otras funciones vitales.
Con solo 6 semanas de embarazo ya las principales estructuras y órganos del embrión ya están desarrollados, entre estos el cerebro, la médula espinal y el corazón. Tan pronto como a las 8 semanas de embrazo las partes fundamentales del cuerpo ya están formadas, el cerebro continúa su desarrollo y los pulmones comienzan a formarse. En esta semana precisamente dejó de ser un embrión para convertirse en feto.
A las 10 semanas de embarazo ya las partes fundamentales del feto están desarrolladas y están comenzando a funcionar los riñones, el cerebro, el hígado, el intestino y otros tejidos. A las 12 semanas ya los genitales se han desarrollado, el feto en el útero a partir de aquí puede tragar, los riñones producir orina y se han desarrollado reflejos.
El feto dentro del útero, aunque está muy bien protegido, comienza a experimentar la exposición al mundo exterior. Hacia los meses finales de la gestación, es capaz de diferenciar luces y sombras, escuchar sonidos y sentir la presión sobre su piel cuando se acaricia el vientre de la madre.
Conoce más sobre lo que hace el feto dentro del útero
Palpitar
El corazón de un feto late a una elevada frecuencia. Mientras un adulto sano en reposo presenta entre 60 a 100 pulsaciones por minuto, durante el primer trimestre del embarazo el corazón del feto marcha a 180 latidos, lo mismo que un adulto practicando un deporte intenso.
En el segundo trimestre la frecuencia comienza a bajar, registrando 160 latidos por minuto. Al acercarse la fecha del parto, se va normalizando a 140 latidos por minuto.
Inhalar y exhalar
Desde las 26 semanas de embarazo comienza la producción de surfactante pulmonar, una sustancia que permite que los pulmones se distiendan. A partir de ahí ya el feto en el útero tiene la capacidad de practicar los movimientos respiratorios, entrenando para esta vital función cuando nazca. A partir de las 28 semanas estos movimientos además están controlados por el sistema nervioso central.
Dormir
A la vez que ya va madurando, el feto comienza a alternar el sueño con la vigilia. Cada pequeñito tiene su ritmo propio, pero se estima que duerme una hora y media por cada hora que está despierto.
En la segunda mitad del embarazo, si la madre nota que el bebé no se mueve, es muy probable que esté dormido. O despierto, pero tranquilo.
Este ciclo interno se mantiene después del parto, por lo que es muy importante empezar a adaptarle a que diferencie el día de la noche, para que tome un ciclo de sueño más normal. En su espacio cerrado, no hay muchas diferencias entre horas de luz y de oscuridad.
Soñar
Si hablamos de que el feto duerme, debemos mencionar también que se ha comprobado a través de electroencefalograma que también sueña. Las ecografías en tiempo real también lo han establecido, al observarse movimientos oculares propios de la fase REM. Por supuesto, no se tiene ni idea de con que sueña un feto.
Moverse
Los movimientos del feto son perceptibles a partir de la semana 20, pero ya a partir de la 8 semana el feto comienza a patalear. Estos movimientos iniciales son cortos y rápidos.
Patear
En la medida que el feto crece aumentan los movimientos en amplitud y cantidad y son mucho más perceptibles, pueden llegar a observarse solo mirando el abdomen.
En el segundo trimestre, el feto se mueve y gira, pero ya entre las semanas 18 y 22 se comienza a percibir el pataleo. Este disminuye dos o tres semanas antes del parto, pero no constituye un motivo de alarma: sencillamente, el espacio de que dispone para moverse es más reducido en y por tanto tiene menos posibilidades de movimiento.
Miccionar
Aunque parezca desagradable, es perfectamente normal. Hasta la semana 15 el líquido amniótico en que flota el feto es elaborado única y exclusivamente por la placenta. A partir de ese momento, el futuro bebé comienza a deglutir parte de este y a orinar.
Esto garantiza el correcto funcionamiento de los sistemas digestivos y urinarios.
Escuchar
Se ha comprobado que a partir de la semana 20 el feto puede percibir los sonidos y responder a ellos. No solo percibe los latidos del corazón de su madre (sonido que después de nacer lo tranquiliza cuando se le acerca al pecho). También es capaz de reconocer las voces.
Además de hablarle mucho, la embarazada puede pedirle a su pareja que hable cerca de su abdomen, para que reconozca también su voz después del parto. Otro estímulo beneficioso es ponerle música suave, que le ayuda a mantenerse tranquilo.
Chupar sus dedos
Las ecografías demuestran que el feto se chupa los dedos dentro del útero. Esto desarrolla el reflejo de succión, imprescindible para alimentarse después con la lactancia materna.
En el mismo momento que comienza a chuparse los dedos se inicia también el reflejo de deglución, tragando líquido amniótico, y los movimientos respiratorios aun cuando no hay aire que respirar todavía.
Cambiar de posición
En las primeras 24 semanas del embarazo, el feto va ubicándose en diferentes posiciones pues aún tiene espacio suficiente. En la medida que crece el útero se le va tornando más ceñido, así que alrededor de las semanas 24 a 30, la presión de las paredes lo fuerza a mantenerse más o menos quieto en el mismo lugar. A la semana 30, casi todos los fetos se desplazan a la llamada posición cefálica, con la cabeza orientada hacia el canal de parto.
Si entre las semanas 32 a 34 no se ha ubicado de esta forma, ya no podrá hacerlo por sí mismo: le falta el espacio. Es probable que el obstetra deba realizar entonces algunas manipulaciones a través del vientre para ayudarle a que se oriente en la posición adecuada.
Hipar
No es nada extraño que los recién nacidos tengan hipo, pues muchos de ellos también lo presentan dentro del útero materno. Esto se debe a movimientos respiratorios que son involuntarios y producen contracciones en el diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen.
La embarazada puede percibirlos en forma de movimientos rítmicos breves, alrededor de las semanas 33 o 34.
Ver
Entre las semanas 24 y 25, los ojos del feto están formados y es capaz de abrirlos y distinguir luces y sombras. Si después de estas semanas se acerca una fuente de luz al vientre materno, el feto puede seguirla con sus ojos.
Bostezar
Este acto instintivo, presente en todos los mamíferos y la mayoría de los animales cordados, se desarrolla desde el útero. Es cierto que al estar rodeado de líquido amniótico el bebé no hace una inspiración profunda, sino que traga. Pero todos los indicadores apuntan que se trata de un bostezo real, que usará luego para indicar que tiene sueño, hambre o está aburrido.
Así día a día, mes a mes transcurrirá la vida de tu feto dentro del útero, preparándose para los retos que tendrá que enfrentar al nacer, donde su ambiente cambia de un momento a otro y tiene que estar apto para los grandes desafíos que le impondrá su vida fuera del útero.
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