En los últimos meses, se ha puesto muy de moda un nuevo concepto hotelero que está levantando mucha polémica: los hoteles para niños y los hoteles sin niños. Hay quienes aplauden esta iniciativa mientras que otros son totalmente reacios a ella y la ven casi como un atentado contra la infancia. ¿Exagerado? Posiblemente, pero es cierto que nadie lleva nunca (o casi nunca) la verdad absoluta consigo. A fin de cuentas, todos hemos sido niños y estas fórmulas vacacionales no existían o, al menos, no eran habituales ni se conocían tanto como ahora.
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Siguiendo con esta cuestión, hace pocas semanas incluso llegó a ser Trending Topic en España en Twitter, floreciendo en esta red social todo tipo de opiniones y puntos de vista.
Hoy en Canal Chupete, queremos contarte desde un punto de vista neutral las ventajas e inconvenientes de este tipo de hoteles. Como siempre, lo mejor es que, tanto si estás de una parte como de la otra, la decisión final está en ti. Por suerte, existen hoteles para todos los gustos y al final el que decide cómo vivir sus vacaciones, eres tú.
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Ventajas de los hoteles para niños VS hoteles sin niños
Más tranquilidad:
A no ser que te toque un viaje de estudios de adolescentes o la despedida de soltero de Pocholo, normalmente los adultos son mucho más tranquilos que los niños a nivel de ruidos, salpicar en la piscina, correr por las instalaciones… (sí, sé lo que estás pensando, todos hemos visto adultos peores que los niños en este sentido). Si quieres unas vacaciones con calma garantizada, los hoteles para niños son una buena opción.
Más entretenimiento para adultos:
Además, el hecho de que no haya público infantil hace que el departamento de ocio y entretenimiento se enfoque solo al público adulto, por lo que la animación suele ser mucho más entretenida para nosotros y más variada.
Inconvenientes de los hoteles para niños VS hoteles sin niños
Adiós a disfrutar de las vacaciones en familia:
Hay una cuestión evidente si optas por los hoteles sin niños: tú tampoco podrás llevar a los tuyos. Esto significa que pasarás unas vacaciones fabulosas en pareja o con amigos, pero no disfrutarás de ese tiempo libre con tus pequeños y no tendrás recuerdos con ellos de este viaje en el futuro.
Precios algo más elevados:
Cuando un tipo de producto o servicio está bastante segmentado, suele subir también su precio por el factor “exclusividad”. Un ejemplo sencillo lo vemos en los supermercados: los productos para diabéticos, celíacos, etc., suelen tener un precio más elevado que el resto. Incluso las fórmulas “light”, si las comparamos con su versión original, también suelen ser unos céntimos más caras. Lo mismo suele ocurrir con los hoteles para niños o los hoteles sin niños. Normalmente, esta segmentación hay que pagarla y lo harás con un puñado de euros más por noche.
En cualquier caso, siempre depende de la oferta que elijas y, recuerda, que en el caso de los viajes la agencia o sitio web con el que lo contrates tiene mucho que decir a la hora del precio final.
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