¿Recuerdas las nanas para dormir que te cantaban tus padres? Seguramente son las mismas o muy parecidas a las que les cantas actualmente a tus niños para que se duerman… y tus abuelos a tus padres, y así sucesivamente de generación en generación. De hecho, las nanas para dormir son tan antiguas como el mundo, y todos los niños se han quedado dormidos alguna vez con esos ritmos lentos, dulces y cadenciosos en brazos de mamá o acompañados por suaves palmadas en sus cunas. ¿El pequeño resiste el sueño? Entonces prueba con estas nanas para dormir.
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Inculcando el hábito de ir a dormir
Según la prestigiosa revista Consumer, los niños y jóvenes no duermen muy bien. Se calcula que el 80% de los niños de 6 a 15 años se va a dormir… ¡a la hora que le parece! A esto debe sumarse la cantidad de horas de sueño: la Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños de hasta 4 años de edad duerman como promedio unas 11 horas por día en forma ininterrumpida.
Las horas de sueño son tan importantes y saludables como las de vigilia, pero para conseguir un sueño de calidad, reparador, que permita que los niños se despierten alegres y no malhumorados, es necesario inculcar el hábito de ir a dormir desde la más temprana edad. Muchas veces, por su propio cansancio o quizás falta de hábitos del sueño, los padres prefieren dejar que los niños permanezcan despiertos todo lo que quieran, pero esto es un error.
Para comenzar, analiza tus propios hábitos: ¿eres capaz de ir a la cama, conciliar el sueño en pocos minutos y dormir profundamente toda la noche? Si la respuesta es no… déjanos decirte que te encuentras entre el más del 70% de los españoles que tiene problemas para dormir. Sin embargo, inculcando buenos hábitos y con ayuda de unas dulces nanas para domir desde el nacimiento del bebé, este problema tiene solución.
Los hábitos se crean mediante la repetición, hasta que el cerebro y el cuerpo se acostumbran a una determinada rutina. Para crear el hábito de ir a dormir no hay que esperar a que el niño crezca. Desde el primer momento o tan pronto como comienza a dormir solo, se debe establecer la hora de ir a dormir y realizar una serie de rituales que indicarán que ha llegado la hora de dejar de jugar. Por ejemplo:
- La cena
- El baño nocturno
- Bajar la intensidad de las luces
- Permanecer acostado aunque no tenga sueño
- Leerle un cuento
- Cantar una nana para dormir
Si tienes la paciencia de hacer esto todas las noches el tiempo suficiente, verás como el niño por sí mismo, cuando llega la hora, comienza a sentir sueño y quiere ir a dormir. ¡Lo has conseguido!
¿Para quiénes son las nanas para dormir?
Las nanas para dormir tienen letra y música. Si la musicalidad tiene la función de inducir al sueño mediante cierta monotonía y suavidad, la letra no es indiferente para los niños. Por eso la mayoría de las nanas para dormir están dedicadas a niños que ya entienden las palabras. A diferencia de éstas, las nanas para bebés simplemente son arrullos sin letra, porque los bebés no entienden todavía las palabras y sólo necesitan el tranquilizador sonido de la voz que conocen desde que estaban en el vientre materno.
Al igual que los cuentos infantiles tradicionales, que como parte de la cultura oral tenían cierta misión aleccionadora, las nanas para dormir también tienen algunos componentes que, bien analizados, expresan los miedos y terrores nocturnos de la mayoría de los niños. Sin embargo, al conjuro de la voz de mamá o papá, los miedos se disipan y los niños pueden dormir. El rimo lento, regular y monótono, el balanceo o las palmadas suaves en el trasero o la espalda logran que el niño se sienta seguro, se relaje y finalmente se duerma.
La mejor colección de nanas para dormir
¿No recuerdas ninguna nana para dormir de tu infancia? ¿No se te ocurre qué cantarle a tu niño para que se duerma? En definitiva… ¿necesitas inspiración? Para comenzar, puedes preguntar a las mujeres más ancianas de la familia acerca de las nanas para dormir que cantaban o les cantaban; seguramente las recordarán. Internet por supuesto es una gran fuente de recursos. A todo lo anterior, le sumamos ahora nuestra colección de nanas para dormir recogidas en la memoria y la literatura. El ritmo… ¡lo pones tú! Basta con que sea dulce, sencillo, monótono y repetitivo.
Arrorró
Arrorró mi niña (o niño)
Arrorró mi sol
Arrorró pedazo
De mi corazón
Este niño lindo
Se quiere dormir
y el pícaro sueño
No quiere venir
Esta niña linda
Que nació de día
Quiere que la lleven
a pasear en tranvía
Este niño lindo
Que nació de noche
Quiere que lo lleven
A pasear en coche
Esta niña linda
No quiere dormir
Cierra los ojitos
y los vuelve a abrir
Canción para dormir latinoamericana
Duerme duerme negrito
Si el negro no se duerme
viene el diablo blanco
y zás! le come la patita
chicapumba chicapúm
Otra nana para dormir latinoamericana:
Señora señora
por qué llora el niño
Por una manzana
Que se le ha perdido
Venga aquí señora
yo le daré dos
una para el niño
y otra para vos.
Nani Nani, canción de cuna sefaradí
Nani nani nani
Nani que del hijo
el hijo de la madre
de chico se haga grande.
Wizi Wizi araña
Wizi Wizi araña
Subió a la telaraña
Vino la lluvia
Y se la llevó
Luego vino el viento
y borró la lluvia
Wizi Wizi araña
nunca más volvió.
Otro arrorró
Esta niña linda
Que nació a la una
Quiere que la lleven
a pasear a la luna
Esta niña linda
Que nació a las dos
Quiere que la lleven
a comer arroz
Esta niña linda
Que nació a las tres
Quiere que la lleven
a pasear al revés
Esta niña linda
Que nació a las cuatro… y así sucesivamente, inventando rimas para los números, hasta que el niño se duerma, se te acaben los números o… ¡te duermas tú primero!
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