¿Qué produce esa relación armoniosa entre madre e hijo? Ese profundo amor que nos invita a formar un vínculo muy estrecho, casi irrompible. Para muchas madres, y científicos del mundo, todo empieza en el embarazo. Pero para otros comienza en el parto o en la lactancia.
Algunas abuelas aseguran que hasta el olor puede llegar a unir a una madre con su bebé. De ahí viene la costumbre de que cuando la madre no está, hay que dejarle una blusa igual a la niñera. El objetivo es que el bebé sienta que su madre está ahí por el olor.
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Aquí trataremos de aclarar este debate y explicar cómo es la relación entre madre e hijo. Además, podemos explicar cómo formar ese vínculo para toda la vida con tu bebé. Quédate a leer, mamá.
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¡Ellos son madre e hijo!
El vínculo de un bebé con su madre es fundamental, ya que es su base de vida. Es una unión que nunca se rompe ni acaba. Por lo que es un lazo de mimos, cuidados y atenciones.
Pero a medida que tu hijo va creciendo, esta unión se transforma a un gesto de amor, de un abrazo y hasta una llamada telefónica. Para evitar que no se rompa o se vea desgastado, es importante que tu bebé identifique las cosas que recibió de ti:
- Seguridad.
- Amor.
- Cuidado.
- Calma.
- Preocupación.
Son madre e hijo y eres la primera conexión afectiva que tiene este ser humano al llegar al mundo. Se puede dar incluso desde el segundo en que ese bebé es concebido.
Formar estos lazos con nuestros hijos es importante, porque se reflejará en su vida. Es decir, con los éxitos y los aspectos positivas que le tenga la vida.
Contacto visual con el bebé
No solo el olfato o la concepción pueden crear un vínculo, también los movimientos puede ser percibidos por el bebé. Es importante tomar en cuenta este dato para empezar a hacer contacto visual con nuestro hijo. Esto es para que pueda interiorizar gestos y emociones del nuevo mundo le rodea.
Crear contacto visual con nuestro recién nacido nos permitirá fortalecer el vínculo, mostrando expresiones, emociones y transmitirle todo nuestro amor.
Fortaleces el vínculo entre madre e hijo cuando lo amamantas
Uno de los aspectos que más resaltan los científicos y los especialistas es la unión a través de la lactancia. Esto se debe a que fortalece tu afecto maternal con tu bebé.
Al darle pecho a tu bebé, el ambiente mágico que se crea entre ustedes dos se vuelve muy fuerte. No solo porque lo estás alimentando, sino porque lo impulsas a diversos mecanismos necesarios para mantener el apego.
Amamantar también sirve para crear una conexión realmente íntima, especial y única con tu hijo. De hecho, neurológicamente, se pueden producir distintas estimulaciones en el cerebro de tu retoño y en el tuyo también.
Por ejemplo, hay dos hormonas que son esenciales en la lactancia y son responsables en la vinculación con tu bebé. Estas son:
Prolactina
Aunque ayuda a producir leche, emocionalmente hace que estés atenta a las necesidades de tu bebito.
Oxitocina
Hace posible la eyección láctea y, además, es la hormona del enamoramiento. Es decir, es la responsable que tú y tu bebé se enamoren uno del otro.
Ahora ya sabes que la lactancia es sumamente importante para crear un vínculo entre madre e hijo. Sobre todo porque establece una conversación sin palabras; es decir, una conexión bastante íntima.
Cantar, una actividad que forja lazos
Una de las actividades más comunes para estrechar lazos es la del canto prenatal. De esta manera, desde el sonido y vibración de tu voz, puedes transmitirle amor a tu bebé.
En este mundo de tecnología y comunicaciones, cada vez somos más capaces de transmitir mensajes por distintos medios. No obstante, las personas se olvidan de las formas tradicionales que son más personales.
Al usar el componente musical más directo que tenemos es la voz materna. Lo bueno de es que no solo participa la mamá, sino que el papá también, fortaleciendo lazos con su bebé.
Al cantarle a tu hijo desde que está en el vientre, podrá identificar tu voz para reconocerla cuando nazca. ¿Qué mejor manera de generar empatía, comunicación y vínculos afectivos con nuestro hijo?
Juegos para ser felices
Una excelente manera de relacionarte con tu hijo es mediante los juegos divertidos. Compartir momentos de alegría a medida que se desarrolla irá generando en él recuerdos de felicidad que acuñará desde su infancia.
Y los beneficios no son solo esos, pues además su proceso psicomotor se verá aspectado de forma positiva, así como también la relación entre madre e hijo que no parará de crecer. ¿Quieres tener un vínculo estrecho? Es hora de que comiences a jugar con tus pequeños.
Para ti, además de hacerte drenar estrés, será positivo porque estás en la posibilidad de incluir a más personas de la familia. De esta forma, el lazo trascenderá a quienes comparten con ustedes todos los días de su vida.
Dedica por lo menos media hora de tus días a relacionarte con tus hijos. Conviértete en su mejor amiga, maestra y ejemplo a seguir en todo momento.
Ventajas de forjar vínculos con tus pequeños
La relación madre e hijo es la unión más íntima que pueda existir: única e inquebrantable. Pues, va a durar para toda la vida y tú siempre serás su madre.
Además, tener un buen vínculo sólido con nuestros hijos les permitirá a ellos tener una buena autoestima. Durante los primeros años, las primeras socializaciones que se establecen son las más importantes. Claro, son las de sus padres y otros familiares.
En este sentido, la más intensa emocionalmente es la que crea con la madre. Esto se debe a que es a quien recurrirá cuando tengan problemas.
Ese vínculo entre madre e hijo debe ser fuerte para que tu bebé pueda tener una autoestima alta. Adicionalmente, pueda enfrentar los problemas de la vida con mucha confianza y seguridad.
