Aprende cómo tratar los celos infantiles

Con el trato adecuado y buen manejo de la situación es posible promover un ambiente armonioso en casa. Los celos infantiles son un recurrente problema familiar que no tiene por qué ser un dolor de cabeza.

¿Sabes de verdad cómo lidiar con los celos de tu hijo? Bien sea hacia un hermano o uno de los padres, los celos infantiles pueden apaciguarse. De hecho, los métodos para tratar este problema son bastante efectivos y prácticos.

En caso de que tu hogar se haya convertido en lo más parecido a un campo de guerra, no hay de qué preocuparse. Esta vez, conocerás qué origina los celos y cuáles son las estrategias que más te convienen para erradicarlos. Pronto, podrás ondear la bandera de la paz.

Cómo trabajar los celos infantiles
Los celos infantiles son un recurrente problema familiar que no tiene por qué ser un dolor de cabeza.

Celos infantiles, un problema común

No hay por qué alarmarse cuando tu hijo demuestra celos. Es un fenómeno normal en ciertas circunstancias. Entre ellas puedes contemplar si estás esperando un nuevo bebé. El cambio en la estructura familiar le genera inseguridad y desconfianza.

Otro tipo de celos ronda a uno de los padres. El pequeño presenta tal apego hacia su madre o padre que es incapaz de “compartirlo” con alguien más. La clave está en tener el tacto y el trato adecuado para hacerle entender el deber ser.

Ninguno de los padres lo abandoná, la llegada de un miembro a la familia tampoco lo desplazará. Esos son las herramientas que tienes bajo la manga para lidiar con los celos infantiles con eficiencia.

¿Cómo se originan los celos infantiles?

Para ganar hay que conocer al enemigo a fondo. En este caso, los celos infantiles tienen diversos factores causales. Identificar de dónde provienen te ayudará a resolver el problema. Estas son las razones más comunes:

  • Otro niño llama la atención de sus padres.
  • Uno de sus progenitores le presenta a su nueva pareja sentimental.
  • Compartir a la madre o al padre durante la fase de enamoramiento.

Todos estos son escenarios comunes en los que se presentan los celos. El pequeño considera que su dependencia afectiva con respecto al padre o la madre está en riesgo. Es totalmente normal.

¿Qué pensarías tú si ves que hay peligro en la única relación en la que encuentras atención, apoyo y afecto? La inseguridad y el miedo son las primeras alarmas que se encienden y te ponen en modo supervivencia.

¿Cuándo aparecen los primeros celos infantiles?

Es recurrente que un menor presente celos incluso antes de cumplir los 2 años. La cuestión es que cuando lo demuestran pasa regularmente desapercibido para la mayoría. Sumiso, obediente o excesivamente cariñoso son formas de ser pasivo-agresivo.

Mientras que en la edad avanza, los celos infantiles se hacen más notorios. En especial cuando pasan los 5 años. Llegan a ser unos expertos manipuladores. Son capaces de retirar el afecto hacia la persona que los ha “dejado a un lado”.

Otras de las manifestaciones de este problema pueden ser golpes, mordiscos, pellizcos, gritos y toda alteración para llamar la atención. Principalmente, ir en contra de las normas que con anterioridad solían respetar.

Ten presente que el pequeño no actúa así por rebeldía. Es la única manera que tienen para exteriorizar el miedo y la angustia de competir por la atención. Ellos incluso perciben a experiencia como una pérdida.

“Mi hijo siente celos de su hermano”

Este problema entre hermanos es sumamente común. El primogénito tiende a ver al hermano menor como una amenaza. Siente que no puede compartir el cariño de sus padres o no soporta la idea de que se lo limiten.

Aunque los celos se relacionan con sentimientos de envidia y resentimiento, es casi parte del desarrollo evolutivo del niño sentirlos. Cuando supera esa fase, puede decirse que logró madurar.

Sin embargo, no lo hacen solos. Es necesario que cuenten con apoyo para afrontar la situación y fortalecer su autoestima. Hazle entender que uno de los vínculos más especiales de la vida es el de la hermandad.

Tu tarea es enfocar esa rivalidad de una manera positiva, en lugar de evitar que se exprese como lo desea. No lo juzgues de manera negativa. Solo transmítele la mayor comprensión posible y haz de esta una experiencia de aprendizaje.

Qué tomar en cuenta sobre los celos infantiles
Los celos infantiles tienen diversos factores causales.

Celos infantiles hacia una nueva pareja

No solo el hermanito es capaz de generar celos hacia nuestro pequeño. Cuando hay cambios importantes en la vida de mamá y papá tal como una separación y la consecuente llegada de una nueva pareja, es posible que el pequeño se sienta en riesgo.

Todo cambia. La rutina, el horario de compartir e incluso el lugar. A esto se le suma un tercero que simplemente le resulta extraño y desconocido. Mientras que una nueva pareja representa a los padres una ilusión, a los ojos del pequeño es temor e inseguridad.

Pero si bien es un trabajo difícil, no resulta imposible encontrar un escenario armonioso y de paz. Lo primero, según la psicóloga y terapeuta familiar, Susana de Cruylles, es diferenciar el mundo de la pareja, del ser padres y los roles parentales.

Dejar claro que no se trata de una sustitución

Un punto fundamental para procurar que el pequeño se sienta cómodo con la nueva pareja es dejar en claro que nadie será sustituido. Mamá y papá seguirán siendo los mismos. El vínculo que el pequeño tiene con cada uno de ellos es irrompible.

Hay que ser muy claro sobre todo con los niños sensibles a los cambios. De lo contrario, solo se sentirá amenazado y en riesgo de perder la relación que tiene con mamá y papá.

sigue aquí:Complejo de Edipo y cómo prevenirlo desde el primer momento

Ayuda especializada para tratar celos infantiles

Para que sientas más seguridad al lidiar con los celos infantiles, contamos con los consejos de la especialista, Cristina Martínez. Ella es psicóloga especializada en neuropsicología y neurociencia educativa.

Para los celos entre hermanos, ten presente que debes hablarle a tu hijo como un igual. Háblale como si fuese un adulto capaz de comprender la situación. Así, podrá aceptar sin problemas su rol de hermano mayor y evitar conflictos.

Igualmente es vital evitar comparaciones entre hermanos. El niño no debe escuchar que los padres reconozcan comportamientos positivos de su hermano y negativos de él. Lo hará sentir triste y envidioso, ya que no goza de las mismas bondades.

Suele ser un punto que pasa desapercibido, pero según la especialista, afecta la imagen que tiene tu hijo de sí mismo. Como padres, deben ser responsables de lo que dicen y de los efectos que tienen las palabras sobre sus hijos.

Características de los celos infantiles
Hay que dejar en claro que nadie será sustituido.

¿Se pueden prevenir los celos en un niño?

Ante la llegada de un hermano o de una nueva pareja para mamá, hay formas de controlar el índice de celopatía. De acuerdo a Martínez, en el primer caso, es necesario darle la noticia alrededor del cuarto mes de gestación.

No es recomendable darle la noticia muy pronto, pues la espera se le hará larga. Por ello, el este momento es ideal. Tendrás tiempo suficiente para prepararlo ante la llegada de su hermano, de modo que entienda la futura compañía. 

Dedica el tiempo suficiente para explicárselo con cuidado y atención. Responde todas las preguntas que te haga. Sobre todo, si el niño tiene entre 4 y 6 años, ya que durante esa etapa son muy curiosos. Háblale de su nuevo rol de hermano mayor y de la influencia que tendrán sus actos sobre su hermanito.

¿Qué hacer frente a un ataque de celos infantiles?

Lo primero que deberás hacer para actuar positivamente frente a estas situaciones es dejarlo expresar lo que siente. Siempre y cuando no ponga su vida en riesgo o provoque daños a otros.

Luego, acércate a él cuando haya logrado liberar toda esa presión y dile que lo entiendes. También explícale que no debería sentirse así y ofrécele razones. Habla en lenguaje lo más claro y simple posible. Asegúrate de hacerle saber las mejores formas de expresar sus sentimientos.

No obstante, es posible que los celos infantiles requieran de la asesoría de un profesional en psicología. Su intervención ayudará a prolongar la solución por más tiempo y facilitar el manejo de las reacciones del pequeño.