Asma y embarazo: una combinación para tener cuidado

La combinación de asma y embarazo no siempre implica complicaciones, pero es una situación de salud que debe ser muy tenida en cuenta, porque se deben extremar los cuidados para que no repercuta negativamente ni en la madre, ni el feto.

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Asma y embarazo

El asma es una enfermedad respiratoria que aparece entre porque un 4-8 %, que provoca la constricción de las vías respiratorias ocasionando dificultad al respirar. Esta enfermedad afecta entre el 5% y 10% del total de mujeres embarazadas a nivel mundial.

El embarazo determina numerosas alteraciones fisiológicas y morfológicas que a su vez pueden repercutir en el agravamiento de las crisis asmáticas. Se estima que en casi el tercio de ellas el asma puede ser más severo en el segundo a tercer trimestre, esto provoca un aumento del riesgo de la madre y el feto. Más sin embargo una tercera parte no experimentan ningún cambio en los síntomas. En contraposición a lo anterior y aunque las causas no están totalmente esclarecidas, se plantea que una tercera parte pueden presentar síntomas más leves. Esto se conoce como regla de los “tres tercios”.

Se puede tener un embarazo saludable manteniendo controlada el asma, pero, de igual manera, deben conocerse los factores y complicaciones que puede acarrear.

¿Cómo interactúa asma y embarazo?

El asma se clasifica en cuatro categorías generales, relacionadas con la severidad de las crisis. Las investigaciones indican que la severidad del asma durante el embarazo se relaciona con el grado de severidad previa al embarazo.

En personas con asma grave es probable que los síntomas sean más severos durante los tres primeros meses y los últimos tres meses. Si el asma mejora por lo general es de forma paulatina a lo largo del embarazo.

Durante el embarazo, el bebé crece dentro del útero, presionando los órganos a su alrededor a medida que se acerca la fecha de parto. La presión que se ejerce sobre los pulmones puede combinarse con el asma, que de por sí provoca dificultades para respirar.

La combinación de asma y embarazo puede complicar el crecimiento del  bebé, así como la salud de la madre, ya que ambos recibirán menos oxigeno cuando se presenta la crisis asmática. Lo ideal es que la embarazada logre controlar la aparición de crisis asmáticas desde que planea una gestación y durante el desarrollo de la misma.

¿Cómo identificar la aparición de crisis asmáticas?

Si no has padecido previamente de asma y te encuentras en el grupo de las que presentan las primeras manifestaciones de asma durante el embarazo, puedes identificarla por los siguientes síntomas:

1. Una tos persistente, en especial si se presenta durante la mañana o la tarde, cerca de los horarios de sueño.
2. Una tirantez en el pecho te impide realizar inspiraciones profundas.
3. Cuando experimentas la sensación de falta de aliento, al realizar actividades que representan poco esfuerzo físico por un corto período de tiempo.
4. Si al respirar presentas un sonido en forma de silbido, conocido como respiración sibilante. Este sonido es muy fácil de identificar y es un signo muy característico del asma.

Cuando se presentan algunos de estos síntomas es de vital importancia que acuda a su médico, para que este le indique un tratamiento que controle la enfermedad, evitando complicaciones mayores.

Si tienes asma y embarazo…

Es conveniente que estés atenta a estas señales indicativas de que algo no está funcionando y que puede ser que tu asma no esté bien controlada:

• Los medicamentos que tomabas antes puede ser que sea necesaria ajustar la dosis, porque su efecto no se mantiene.
• Podría ser que te resulte más difícil respirar.
• Si disminuye el número de patadas de tu pequeño puede ser indicativo que no le está llegando suficiente cantidad de oxígeno.
• Ante los síntomas iniciales de un ataque de asma, no pierdas tiempo, solicita tratamiento médico de emergencia.

Factores que pueden agudizar el asma

A lo largo de los años, los especialistas han identificado varios factores que pueden hacer del asma y embarazo una peligrosa combinación y que deben ser evitadas a toda costa.

Alergias

Las estadísticas indican que 7 de cada 10 personas que sufre de asma, también sufre de algún tipo de alergia. Las mismas estadísticas se aplican a las embarazadas, las cuáles podrían estar presentando síntomas asmáticos debido a su interacción con algún alérgeno.

De no ser posible eliminar la fuente de la alergia, la embarazada debe consultar a su doctor para que le indique los antialérgicos que deben tomar. Si la embarazada se estaba tratando previamente con inyecciones contra la alergia puede continuarlas, pero no debe comenzar el tratamiento durante el embarazo.

Sustancias irritantes

En el medio ambiente puede haber sustancias que agraven los síntomas del asma. Estas sustancias pueden ser: los olores fuertes, el aire frío, el humo de automóviles, estufas y del cigarro, así como la contaminación ambiental.

Se recomienda que la embarazada evite estas sustancias irritantes y disfrute además de un ambiente libre del humo del cigarro.

No cumplir con los medicamentos indicados

Los medicamentos indicados desde antes de quedar gestante y la disciplina en el cumplimiento de lo prescrito por el médico es de gran importancia para la prevención y el control.

Infecciones que afecten el sistema respiratorio

Estas son la gripe, los resfriados comunes y la neumonía vírica. Estas enfermedades aumentan las dificultades respiratorias, incrementando los riesgos de un parto prematuro y la falta de oxígeno en el bebé.

Obesidad

Cuando se combina asma y sobrepeso, la severidad del asma es mayor y por tanto los riesgos de complicaciones.

Principales complicaciones del asma y embarazo

El asma cuándo no se controla puede provocar que la embarazada desarrolle una preeclampsia. Este problema de salud provoca un aumento peligroso de la presión arterial, retención de líquidos y excreción de proteínas en la orina. Puede ocasionar daños a riñones e hígado. Además, tras las veinte semanas de embarazo puede provocar convulsiones y coma.

En otros casos puede asociarse a aumento de la presión arterial o a hemorragia vaginal. También puede dar origen a la hiperémesis gravídica caracterizada por el exceso de vómitos, pérdida de peso y desequilibrio de líquidos y electrolitos.

Otra complicación que se puede derivar de la combinación de asma y embarazo es la poca cantidad de oxígeno que llega al feto. Esta falta de oxígeno provoca que el crecimiento del bebé sea inferior al normal y, por tanto, el peso al nacer sea bajo. Esta situación de por sí, puede traer consecuencias posteriores para el infante asociándose a una mayor mortalidad perinatal.

Estas complicaciones pueden dar lugar a la necesidad de una inducción del parto o una cesárea, provocando el nacimiento prematuro del bebé en la mayoría de los casos y bajo peso al nacer.

Sin embargo, la complicación más peligrosa y a la vez la más rara, es que la embarazada sufra de un ataque asmático durante el parto.

¿Debo tomar los medicamentos para controlar el asma durante el embarazo?

Esta es la pregunta que más se hacen las embarazadas que no tomaban sus medicamentos para el asma antes del embarazo. La mayoría de los medicamentos para el asma no son nocivos para el feto ni el bebé lactante. Siempre es un balance entre los riesgos y los beneficios.

Lo ideal es acudir al médico para que este determine que medicamentos puede tomar ahora. Evite tomar sus medicamentos habituales sin previa consulta, debido a que algunos de ellos pueden hacerle daño al desarrollo del feto.

De igual manera, la embarazada con asma debe mantener un contacto mensual con su médico, para que este controle su plan. Debe avisar de inmediato si los síntomas cambian, mejoran o empeoran.

Otra preocupación importante que presentan las madres que dan pecho es que los medicamentos del asma se filtren en la leche hacia el bebé. Lo cierto es que sí, los medicamentos del asma se filtran en pequeñas cantidades en la leche materna, pero por lo general estos no causan problemas al lactante.

Sin embargo, si toma teofilina en grandes cantidades esta puede causar que el bebé sufra de irritación e insomnio. Por tanto, lo adecuado es tomar la medicación para el asma unas tres y cuatro horas antes de dar el pecho.

Lo mejor es prevenir…

Los expertos recomiendan que las mujeres con asma y embarazo sigan estos pasos para reducir el riesgo:

• Asistir a las consultas prenatales, preguntando todo lo necesario.
• Tomar los medicamentos en las dosis y frecuencia establecidas.
• No fumes, ni te expongas a ambientes con humo de tabaco.
• Evita la exposición a sustancias irritantes o alérgenos.
• Controla la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
• Aprende a identificar los signos de advertencia y cuando acudir a urgencias.
• Evite los desencadenantes del asma, incluido el tabaco para fumar y otras sustancias irritantes.
• Realiza actividad física con moderación y consulte al médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios.
• Vacúnate contra la influenza o gripe, después de 12 semanas de gestación.
• Evita la obesidad.

Los riesgos provocados por la combinación del asma y embarazo pueden ser reducidos al mínimo con estas recomendaciones, hazlo por tu salud y la de tu hijo.

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