La hiperhidrosis en niños o hiperhidrosis infantil puede llegar a convertirse en algo muy incómodo para el pequeño, especialmente teniendo en cuenta que a esta edad no siempre podemos usar ciertos tratamientos o productos, como los antitranspirantes, que para adultos son seguros pero que para los niños hay que tener más cuidado con su uso. Es importante, como padres o adultos a cargo del menor, saber identificar si la sudoración entra dentro de los parámetros normales o si es necesario que intervengamos y hagamos algún tipo de cambio para ayudar al pequeño.
En este artículo te queremos hablar sobre la hiperhidrosis en niños, sus causas, su tratamiento, cuándo consultar al médico y cómo hacer que afecte lo mínimo posible a la psicología del pequeño. Es importante que aprendamos a acompañarle en todos sus problemas, incluso aunque a nosotros nos parezca algo nimio comparado con lo que vivimos los adultos, todos hemos sido niños y todos hemos tenido miedos o incomodidades que van desapareciendo (o no) con el tiempo, pero a los que hay que saber enfrentarnos para que no nos pasen factura en el futuro.
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Qué es la hiperhidrosis infantil
La hiperhidrosis infantil o hiperhidrosis en niños es el nombre médico que se le da a la sudoración excesiva en los más pequeños. Esto puede ocurrir hasta los 13 años más o menos, a partir de ahí ya se le considera hiperhidrosis adolescente y después hiperhidrosis adulta. Por tanto, la hiperhidrosis infantil lo bueno que tiene es que es muy fácil de identificar, ya que se refleja con sudor excesivo en niños.
El sudor se manifiesta por una regulación en las glándulas sudoríparas, cuyo objetivo es regular la temperatura corporal. Sin embargo, no siempre sucede por este motivo. Por ejemplo, en la edad adulta puede deberse a desequilibrios hormonales, aunque también se puede sudar en exceso por estrés, cambios emocionales y conductuales, condicionales ambientales o incluso por la toma de determinados medicamentos o alimentos, entre otros. Antes de diagnosticar que tu hijo tiene hiperhidrosis, te recomendamos que consultes con un doctor para que valore la situación como un todo y no solo como una apreciación tuya de lo que puede estar pasando, que, como bien sabrás, no siempre la realidad es lo que tú te imaginas. Es importante resaltar que cuando se trata de hiperhidrosis la sudoración está localizada en zonas concretas, normalmente manos, pies y/o axilas.
Causas de la sudoración excesiva en niños
Una vez que ya sabes qué es la hiperhidrosis y si tu hijo la sufre, seguramente te gustará conocer las posibles causas. Las condiciones ambientales suelen ser la primera causa y es que es habitual que el niño responda peor al calor o a los cambios de temperaturas o humedad y su cuerpo reaccione sudando por manos o pies. Por eso, es muy habitual ver a niños que apenas sudan en invierno, pero que sí lo hacen en verano o en primavera, justo cuando los termómetros empiezan a subir.
Otra causa se encuentra en los medicamentos. Si está tomando algún tratamiento, como antibióticos, antivirales o similares, puede que su cuerpo responda con esta sudoración. Siempre es muy importante poner en conocimiento del doctor cualquier tipo de respuesta del cuerpo a un determinado tratamiento o medicación, incluso si parece algo tan banal como el sudor. Todo puede sumar y ser importante. Además, la sudoración también puede suceder por tener demasiado calor (ya sea por las condiciones ambientales o por la ropa que llevan los peques) o incluso por causas emocionales, como nervios o estrés. Sí, los niños también pueden estar estresados y es muy importante estar alertas a las señales que nos dan. Por último, ciertas alteraciones metabólicas o endocrinas también se pueden manifestar con episodios de hiperhidrosis.
Tratamiento para la hiperhidrosis en niños
¿Qué podemos hacer para que la hiperhidrosis no se convierta en un problema? Lo primero de todo, tú, como adulto que eres y responsable del niño, ¡no pierdas la calma! Siempre incidiremos en la importancia de no tomar ciertas decisiones de manera arbitraria y estar siempre amparados por el consejo de su pediatra. En ocasiones, esta hiperhidrosis se puede tratar con antitranspirantes infantiles, pero es cierto que su uso no está muy extendido ya que en algunos casos puede no ser bueno “tapar” estas glándulas sudoríparas. ¿Entonces? ¿Qué nos queda?
Trata de charlar con el niño para ver qué puede estar ocasionándolo, si es un cambio estacional, si es que está nervioso o cualquier otro motivo. Una entrevista con su pediatra también ayudará, ya que algunas causas necesitan tratamiento farmacológico. En ese caso, por supuesto, nunca debes automedicarle, y debe ser un profesional quien indique qué tomar y cómo hacerlo. También se pueden usar productos de uso tópico con cloruro de aluminio, de nuevo, debe ser un especialista quien lo recomiende, ya que pueden ser agresivos y sobre todo debemos saber bien en qué concentración dárselo al peque.
Cómo evitar que afecte a la psicología del pequeño
Ya sabemos que los niños pueden verse afectados por muchas cosas que, aunque para nosotros no tengan importancia, para ellos puede suponer todo un mundo difícil de saltar. Por eso, es muy importante que mantengas la atención en el diálogo, habla con tu peque, sin que se sienta acorralado, para ver qué siente y cómo se siente, sobre todo. Si tu pequeño se siente diferente por sudar más que sus compañeros o incluso si le está ocasionando algún problema de bullying en la escuela, debes hablar con los profesores para que estén atentos y puedan hacer algo. A fin de cuentas, son ellos quienes están en ese ambiente.
Es importante transmitirle tranquilidad, que entienda todos los procesos de su cuerpo como algo normal, y sobre todo ayudarle. Hay ciertas prendas que pueden ser de más ayuda, por ejemplo, los colores claros o los tejidos de algodón. Evita acrílicos y tejidos artificiales, y muy importante es que elijáis bien el calzado. Aquel que tiene algo de base de tela suele ir mejor que los que están forrados en la suela con plásticos.
Consulta con su pediatra en casos de hiperhidrosis en niños
Siempre insistimos en la importancia de hablar con su pediatra de forma fluida. Es cierto que cada profesional es un mundo y que algunos a los que les puede parecer que les molestas, si esto es así, cambia de médico. Puedes pedir un cambio incluso en la sanidad pública si no estás conforme con el trato que os da el actual. Un buen pediatra no tendrá problema en resolver tus dudas y sobre todo en hacer que la vida del niño sea más cómoda y feliz.
Coméntale en su próxima revisión los problemas o inconvenientes que está presentando el niño con el sudor, él valorará si se necesita algún tipo de prueba o diagnóstico adicional y, en algunos casos, si se puede poner un tratamiento o simplemente con un cambio de hábitos se puede mejorar esta situación. El objetivo siempre debe ser mejorar la vida del niño y si hay cualquier cosa que la esté estropeando, aunque sea simplemente el sudor, es importante que no lo dejemos pasar y que hagamos todo cuanto esté en nuestra mano para revertir esta situación. ¿No crees?
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