Todavía el bebé no nació pera gracias a las nuevas tecnologías ya sabemos que será un varón… y comenzamos a pensar nombres de niños. ¿Qué prefieres, clásico o moderno? La ventaja de los nombres clásicos es que nunca pasan de moda, tienen un significado (por ejemplo puedes remitirte a la mitología griega o romana) o son los nombres de toda la vida que no le pesarán durante su existencia. En cambio, pueden parecer anticuados o inclusive raros frente a los nombres modernos. Éstos son nombres globalizados y su portador tranquilamente podrá sentirse un ciudadano del mundo.
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¿Qué dicen las leyes?
Para comenzar, te interesará saber que los nombres de las personas están legislados en todo el mundo, de manera más o menos flexible según las culturas, usos y costumbres en cada país.
En España, la norma es la Ley 20/2011 de 21 de julio, del Registro Civil, que en su artículo 50 garantiza el derecho al nombre (“Toda persona tiene derecho a un nombre desde su nacimiento”). Prácticamente no pone limitaciones en cuanto a los nombres a elegir, mientras el niño no lleve más de dos nombres simples o uno compuesto, los nombres no sean contrarios a la dignidad de la persona ni hagan confusa la identificación, es decir que los nombres de niños no puedan ser confundidos con nombres de niñas. Otra limitación es que no puede ponerse al recién nacido el mismo nombre y apellido que uno de sus hermanos, excepto que éste hubiese fallecido.
Como ves… ¡puedes elegir el nombre que más te guste!
Nombres de niños clásicos
A la hora de elegir nombres, los españoles son indefectiblemente clásicos; según el Instituto Nacional de Estadísticas los nombres de varón más frecuentes son Antonio y Hugo. En el año 2015 los diez nombres de niños más anotados fueron (en este orden): Hugo, Daniel, Pablo, Martín, Alejandro, Adrián, Álvaro, David, Lucas y Mario. Hay algunas variaciones según las comunidades autónomas, ya que algunas tienen sus propios nombres preferidos.
Por ejemplo en las islas Baleares los más elegidos fueron Marc y Pau, en Cataluña Marc y Alex, en la Comunidad Valenciana Hugo y Marc, en el País Vasco Markel y Aimar, y en Ceuta y Melilla, Mohamed y Adam. Sorprendente, ¿no es cierto?
Si te gusta seguir la corriente clásica de los nombres más puestos, déjame decirte algo de cada uno de estos nombres:
- Hugo: del germánico Hug= corazón, mente, espíritu; lucidez, clara inteligencia.
- Daniel: nombre de origen hebreo: el juzgado por Dios. Es uno de los cuatro grandes profetas hebreos del siglo VII a.C.
- Pablo: del latín Paulus, pequeño.
- Martín: del latín Martinus, guerrero perteneciente a Marte, dios de la Guerra.
- Alejandro: del griego Aléxandros, protector de los hombres. El Alejandro más famoso fue el rey de Macedonia en el siglo III antes de nuestra era, llamado Magno por su grandes conquistas. Había sido educado por el filósofo Aristóteles.
- Adrián: del latín Hadrianus, referido a personas del puerto Hadria, en el mar Adriático.
- Álvaro: del germánico All-wers, totalmente prudente.
- David: nombre hebreo, significa El Amado.
- Lucas: Nombre latino, deriva de “lucius”, luminoso. Fue un nombre muy popular en el antiguo Imperio Romano.
- Mario: nombre latino, propio de la gens romana Marius que se consideraban descendientes de Marte. También puede ser el masculino de María, derivado del nombre etrusco de Marte, Maris.
Nombres de niños modernos
Los nombres modernos son definitivamente globales. No son nombres extranjeros, ya que no tienen traducción al español, pero pueden ser propios de estas regiones o de otras, como nombres galos, celtas, nórdicos o eslavos. La paradoja de los nombres modernos es que son modernos… ¡fuera de su lugar de origen! Por ejemplo el nombre Alan es tradicional en los países germanos o nórdicos pero toda una modernidad en los países latinos o de habla hispana. A continuación los mejores nombres de niños modernos según la región de origen:
Anglosajones:
Bradley: este nombre originariamente fue un apellido que significa espacio abierto o claro amplio, en inglés antiguo.
Cedric: este nombre fue inventado por Sir Gualterio Scott, autor de la famosa novela “Ivanhoe” escrita en 1819.
Árabes y persas:
Amir: Príncipe o comandante.
Gabir, Jabir: el que da consuelo.
Hakim: Sabio.
Celtas:
Brian: deriva de “bre”, que significa colina en celta, y por extensión altura, nobleza. Fue bastante común en Inglaterra en la Edad Media, luego cayó en desuso hasta revitalizarse en el siglo XX.
Dylan: derivado de los elementos galeses “dy” (grande) y “llanw” (marea, flujo). También hace referencia a una deidad marina hija de Arianrhod y asesinada accidentalmente por su tío Govannon.
Gael: variante de Gwenhael, del bretón “gwenn” (blanco, feria, bendito) y “hael” (generoso).
Kevin: Anglicismo del irlandés Cóemgein, a su vez formado por los elementos “coem” (bueno, suave, hermoso) y “gein” (nacimiento).
Germanos y nórdicos
Alan: proveniente del bretón o derivado de los integrantes de la tribu de los alanos, originaria de Irak, que emigró a Europa en los siglos IV y V de nuestra era.
Axel: nombre escandinavo derivado del hebreo Absalón, padre de la paz.
Hebreos
Caleb: caleb significa perro en hebreo. En el Antiguo Testamento es uno de los doce espías enviados por Moisés a Israel. También se usó en Inglaterra después de la Reforma protestante. Muy utilizado por los puritanos, que lo llevaron a América en el siglo XVII.
Izan o Ethan: Sólido, perdurable. Se usó en Inglaterra y llegó a América llevado por los colonos. Es muy utilizado desde fines del siglo XX.
Latinos
Tiziano: Derivado del apodo romano Titianus.
Eslavos
Boris: a su vez proviene del turco Bogoris que significa lobo.
¿Te ha gustado alguno de estos nombres? Ya tienes como para comenzar a elegir…
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