La semana 6 de embarazo está en el período habitual en el que la mayoría de las mujeres descubren su embarazo: entre las semanas 4 y 7. Este embarazo es muy reciente; la nueva vida se halla en estado embrionario y no mide más de 5 mm. Aunque estés radiante de alegría por la confirmación del embarazo te recomendamos ser prudente. Según la NIH, el 50% de los óvulos fecundados es abortado espontáneamente hasta la semana 7 de embarazo.
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Semana 6 de embarazo: cambios en el embrión
En la semana 6 de embarazo, todos los otros órganos vitales del embrión están en su lugar. Su cerebro y su sistema nervioso comienzan a desarrollarse rápidamente. Los futuros ojos se forman a ambos lados de la cabeza, así como los conductos auditivos.
Esta semana comienza a latir su corazón y los latidos pueden detectarse mediante una ecografía. De hecho su corazón hasta esta semana era un simple tubo pero ahora está comenzando a parecerse más a un corazón que bombea sangre a todos los órganos.
También se forman los aparatos digestivo y respiratorio y aparecen unas protuberancias que se convertirán en sus futuros brazos y piernas.
Cuando se habla de la medida del embrión o feto, es importante saber que se trata de la distancia entre la coronilla y el coxis, ya que debido a la posición de las piernas, encogidas contra su propio torso, sería difícil establecer la longitud total. En la semana 6 de embarazo, el embrión mide entre 2 y 5 mm.
Cuidados en la semana 6 de embarazo
Aunque exteriormente todavía no se note… ¡ya estás sintiendo los malestares típicos del embarazo! Náuseas matinales, fatiga, dolor en los senos y aumento de tamaño de las mamas, aumento de la frecuencia urinaria, estreñimiento, gases…
Esto se debe a que tu organismo está segregando toneladas de hCG Beta, la “hormona del embarazo”, producida por las células del embrión para lograr la implantación y evitar que tu organismo lo rechace considerándolo un cuerpo extraño.
La hormona del embarazo alcanza su nivel máximo alrededor de las semanas 8 a 10 del embarazo y luego disminuye.
Este proceso puede dar lugar a un sangrado leve o un manchado acompañado de cólicos, llamado “sangrado de implantación”. Si es tu caso, te recomendamos hablar con tu médico, ya que un sangrado en esta etapa del embarazo puede deberse a la implantación o un aborto espontáneo.
Las náuseas también pueden deberse a falta de vitamina B. En cualquier caso, debes consultar con tu médico antes de tomar ningún medicamento o suplemento.
Adopta una dieta saludable, rica en fibras, calcio y hierro, y evita los alimentos fritos o ricos en grasas, azúcares o sal. Para controlar las náuseas, reduce las porciones de los alimentos y toma más comidas en el día.
Ahora es el momento de controlar tus hábitos. Desde ya que si fumas, bebes alcohol o consumes alguna sustancia, debes abandonar esos hábitos de inmediato. No solamente para sentirte mejor y más llena de energía sino para evitar cualquier sustancia que podría hacer daño al embrión.
Respecto del alcohol, los expertos recomiendan no consumir nada de alcohol durante el primer trimestre, y una o dos unidades de bebida por semana a partir del segundo trimestre. Si llevas una vida muy sedentaria o permaneces muchas horas en ambientes cerrados, también es momento de cambiar estos hábitos. Toma aire fresco, camina, aprovecha la luz solar, conéctate con la Naturaleza… La nueva vida… ¡agradecida!
Recomendaciones para la semana 6 de embarazo
Por sobre todas las cosas, trata de tomar la situación con calma. ¡Aún faltan siete meses! Sin embargo es posible calcular la fecha probable del parto. De hecho tu médico lo hará en la primera consulta prenatal pero si la ansiedad no te deja en paz, averígualo tú misma mediante una calculadora de embarazo.
Durante siglos los médicos obstetras y ginecólogos han estado discutiendo acerca de cómo se establece la fecha probable del parto, ya que es muy difícil por no decir imposible, determinar el momento exacto de la concepción.
Según los métodos más utilizados, se determina a partir del primer día del último período menstrual. A partir de este día se calculan 40 semanas, sin embargo la fecha probable del parto se va ajustando en las sucesivas consultas prenatales y mediante los estudios que permiten determinar el tamaño y edad fetales.
Muchas mujeres prefieren mantener en secreto la noticia por lo menos hasta después de la primera consulta prenatal. ¿Es tu caso? Tal vez algunos síntomas de embarazo hagan difícil ocultar la novedad… pero siempre es posible inventar alguna excusa por un tiempo, como malestares estomacales o dolor de cabeza.
Sin embargo cuando llegue el momento, te recomendamos utilizar el viejo pero infalible método del “cara a cara” con tus familiares más cercanos y amigos más íntimos. ¡Ya habrá tiempo de publicar fotografías y ecografías en las redes sociales!
Una vez que comentes que estás embarazada, surgirán a tu alrededor decenas de personas muy bien intencionadas pero bastante mal informadas… capaces de transmitir todo tipo de mitos y falsedades acerca del embarazo, el parto, el puerperio y la lactancia. Como por ejemplo que las embarazadas deben “comer por dos”. ¡Nada más lejos de la realidad! Recién al final del embarazo puede ser que necesites calorías adicionales y en ese caso la necesidad no supera las 200 calorías, equivalentes a una tostada con mantequilla y mermelada.
Otro tema del que seguramente se hablará es del tipo de sangre del embrión. Los glóbulos rojos contienen una proteína llamada Rh que se encuentra en la superficie, llamada “antígeno”. Los antígenos son capaces de producir respuestas inmunológicas. El tipo de sangre que contiene la proteína Rh se denomina “Rh positivo”. El tipo de sangre que no la contiene, es “Rh negativo”. Si la madre es Rh negativa y el futuro bebé es Rh positivo pueden surgir complicaciones, por eso tu médico indicará análisis de sangre.
No queda mucho más que decir que… ¡cuídate y disfruta tu embarazo!
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