La vacuna tosferina embarazo tiene la finalidad de prevenir la tos ferina en el recién nacido. Sin embargo, no sólo las madres deben vacunarse sino todos los adultos que estarán en contacto con el bebé. La idea de las autoridades de salud es crear un escudo protector en torno al bebé, para prevenir la aparición de una de las enfermedades más contagiosas que existen.
Anota en tu calendario de embarazo: Fecha de la vacunación
Vacuna tosferina embarazo, cuándo aplicarla
La vacuna tosferina administrada a tiempo a las mujeres embarazadas puede prevenir la gran mayoría de los casos de tos ferina en recién nacidos. Esta enfermedad, conocida también como pertussis, es muy peligrosa para los bebés recién nacidos. A pesar de que la vacuna existe desde la década del 40 del siglo pasado, en los últimos años se ha visto un recrudecimiento de la enfermedad.
Un estudio publicado por la prestigiosa revista Clinical Infectious Diseases llegó a la conclusión de que los recién nacidos hasta los dos meses de edad, cuando son demasiado pequeños como para recibir sus propias vacunas, podrían estar protegidos de la tos ferina si sus madres se vacunaran al final del embarazo.
Recomendaron aplicar esta vacuna combinada con otras, conocida como Tdap, durante el tercer trimestre del embarazo, ya que así se lograría prevenir el 78 por ciento de los casos de tos ferina en recién nacidos menores de 2 meses.
El motivo es que existe una gran transferencia de defensas desde el cuerpo de la madre hacia el feto, lográndose así inocular los anticuerpos al hijo antes del nacimiento.
Sin embargo, la mayoría de las embarazadas no recibieron la vacuna tosferina embarazo; según el estudio, sólo el 49 por ciento de las mujeres embarazadas recibieron esta vacuna durante su embarazo en 2015 y 2016.
Además, la vacuna tosferina embarazo debe recibirse en forma de refuerzo en cada embarazo para proteger al bebé.
Vacuna tosferina embarazo: ¿qué otros adultos deben recibirla?
La vacuna contra la tos ferina tiene aproximadamente 10 años de efectividad; la protección va disminuyendo con el tiempo.
No solamente las futuras madres deben recibir el refuerzo, sino también todos los adultos que puedan estar en contacto con el recién nacido.
La vacuna Tdap está disponible desde el año 2005 para preadolescentes y adultos; antes de eso, no había ningún refuerzo contra la tosferina después de los 6 años de edad.
Los padres, hermanos y abuelos a menudo pueden ser la fuente de contagio de la tosferina para los bebés.
Las autoridades de salud recomiendan que los adultos reciban una dosis de refuerzo de la vacuna contra la tos ferina en los siguientes casos:
- Si nunca recibieron la vacuna.
- Si van a estar en contacto cercano con un bebé de menos de un año de edad, y por lo menos dos semanas antes de estar en contacto directo con el bebé.
Muchas personas desconfían actualmente de las vacunas sin pensar que décadas de investigaciones y vacunación masiva de la población han ayudado a salvar muchas vidas.
La vacuna contra la tosferina tiene algunos efectos secundarios realmente leves, que desaparecen por sí mismos y que bien vale la pena padecer para proteger al recién nacido de esta peligrosa enfermedad. Por ejemplo:
- Dolor leve, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la aplicación.
- Cansancio.
- Dolor corporal, dolor de cabeza.
- Náuseas, vómitos o diarrea.
- Fiebre leve.
La vacuna tosferina embarazo es la mejor forma de protegerse contra la enfermedad
La tos ferina es una enfermedad respiratoria sumamente contagiosa. En muchas personas provoca tos severa y silbidos en los pulmones al inspirar. Comienza como un resfriado común pero evoluciona hacia ataques de tos violentos después de un par de semanas. La enfermedad es más contagiosa durante la primera o segunda semana antes de que aparezca la tos.
Cuando comenzó a implementarse la vacuna, en la década del 40 del siglo pasado, los casos de tos ferina disminuyeron drásticamente. A fines del siglo XX y comienzos del XXI los casos de la enfermedad aumentaron bruscamente, registrándose las tasas más altas desde 1955.
Según algunos especialistas, el aumento en el número de casos puede deberse a que actualmente la ciencia cuenta con mejores herramientas para diagnosticar la enfermedad.
Sin embargo también está aumentando la incidencia de la enfermedad, y se cree que es porque las nuevas vacunas tienen una efectividad menor a las tradicionales. Esto es reconocido por la comunidad científica, inclusive según algunos estudios, la vacuna actual comienza a perder efectividad a partir del año de aplicada. De todas maneras, los beneficios superan con creces los riesgos de no recibir la vacuna.
Muchas comunidades prefieren no recibir las vacunas por motivos religiosos pero muchos padres lo hacen porque creen que las vacunas no son seguras para sus hijos. Por ejemplo, se formó la idea equivocada de que la vacuna contra el sarampión puede causar autismo.
Debe saberse que al no recibir la vacuna tosferina embarazo, infancia y otras etapas de la vida necesarias, puede poner en riesgo la vida del bebé y quienes lo rodean.
En realidad, la mejor forma de protegerse contra la tos ferina es la vacunación y si hablamos de mujeres embarazadas, éstan deben vacunarse entre las semanas 27 y 36 del embarazo para poder transferir anticuerpos al feto antes del nacimiento. Así, el bebé estará protegido durante los primeros dos meses de vida, pero no lo está completamente sino hasta no recibir su propia dosis de vacuna alrededor de los seis meses.
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