A la hora de seleccionar los juguetes para niños menores de dos años, la mejor apuesta sigue siendo la sencillez. No es necesario el lujo ni la ostentación, pues un bebé no conoce el concepto del dinero.
El juguete no es para él más que otra herramienta que le ayuda a conocer el mundo que le rodea y a relacionarse con los demás. En ese sentido, lo tradicional sigue ocupando un puesto cimero, continúa siendo esta posición imbatible.
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Si bien es cierto que la era digital ha querido imponer un cambio hacia los juguetes tecnológicos, pero estos están muy lejos de ser lo más adecuado para tu bebé. Puede que los distraigan con sus luces de colores y sus sonidos pregrabados, pero lejos de hacerles bien están frenando el desarrollo normal del niño.
Estos juguetes no son para ellos: son un alivio de nuestras propias responsabilidades. Resulta alarmante que una encuesta del 2015 en España refleja que el 96,8% de los infantes menores de 2 años han estado expuestos en algún momento a dispositivos móviles. Entre ellos Smartphones o Tabletas, en los que se le proyectan tanto imágenes como juegos interactivos para distraerles. O sea, para restarnos a nosotros mismos la posibilidad de interactuar con él mediante el juego y enseñarles el mundo que les rodea[.
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Una verdad alarmante
Lejos de hacerle bien, los juguetes de alta tecnología le están restando a tu niño tiempo de juego real.
El bebé tiene una sola forma de desarrollar sus capacidades, y es a través del juego. Este debe desarrollarse en un mundo real, donde manipule y apile objetos para mejorar su pensamiento abstracto y su orientación espacial.
Debe atrapar y perseguir pelotas para fortalecer su cuerpo y adquirir el dominio de su motricidad gruesa. Tiene que armar rompecabezas y poner figuras en orden para mejorar su motricidad fina. Tiene que cantar y dibujar para que su pensamiento creativo se estimule. Es necesario que juegue con figuras e imágenes y las nombre por la palabra que le corresponde, para que desarrolle el lenguaje.
También tiene que usar objetos que simulen las versiones que ve en la realidad, para que ese juego de roles le enseñe su papel y su lugar en el mundo y a interactuar con quienes le rodean.
Papel de los padres y cuidadores
Sobre todas las cosas, en estos juegos deben intervenir padres y cuidadores que les guíen y les enseñen a desarrollar todas estas habilidades. Ningún mundo ni asistente virtual puede sustituir la necesaria interacción con los demás que facilita que el niño aprenda. Los gestos faciales, los tonos de voz, el sonido de nuevas palabras, los giros de conversación cuando se cuentan historias y, en especial, de ese lazo afectivo con las personas más cercanas no puede sustituirse.
Los padres y cuidadores también debemos limitar el tiempo en que nuestro niño nos ve utilizando los dispositivos electrónicos. Él aprende por imitación, y nos observa constantemente. Entonces, asumirá que es un objeto que también debe conocer y nos reclamará que se lo demos para investigarlo.
Los mejores juguetes para niños menores de dos años: regreso a las raíces
Un juguete tecnológico está siempre limitado por la programación y la usabilidad que un adulto le asigna. Mientras más especializado, menos grados de libertad da al juego infantil.
En este sentido, mientras más sencillo sea un juguete mayores posibilidades de juego ofrece. Utilizando y estimulando la creatividad y la imaginación los juguetes para niños menores de dos años se le puede dar mil usos a un juego de cubos de apilar, por ejemplo. Este es un tipo de juguete que “crece” junto con su pequeño dueño, pues la forma de jugar con ellos se complejiza y pasa de estimular la percepción espacial y el reconocimiento de los colores a tener que aplicar complejos mecanismos de resolución de problemas, a deducir por experiencia reglas de la física y la mecánica, y mucho más.
Este es el mismo caso de juguetes tan clásicos como las pelotas. Al complejizarse las reglas con las que se juega con ellas, nunca pasan de edad. Además, la belleza de los juguetes sencillos radica en que pueden combinarse unos con otros para crear nuevos juegos. Los cubos rápidamente pueden convertirse en bolos y unirse con la pelota. Así crearás un divertido entretenimiento que mejora el tono muscular y la coordinación mano-ojo.
Comprando juguetes para un niño menor de dos años
La elección es simple: piensa en lo tradicional. Pelotas, instrumentos musicales sencillos, libros para leer juntos, muñecas y animales de peluche son las mejores opciones. Siempre puedes utilizar la edad designada en el embalaje como una guía en cuestiones de seguridad. Pero, más que nada, déjate llevar por tu intuición y el sentido común.
Así, los juguetes para niños menores de dos años necesitaran al menos uno de cada una de las siguientes categorías:
Simbólicos
Ayudan al infante a utilizar palabras y crear historias para imitar lo que ve en la vida real. Entre ellos se encuentran, muñecas, animales de peluche y juguetes que reflejen objetos cotidianos.
Adaptativos y de manipulación
Los bloques, las formas geométricas y las plantillas para colocar figuras por solo mencionar algunos pertenecen a este grupo. Ellos estimulan la habilidad manual y el desarrollo del cerebro al obligarles a encontrar soluciones lógicas a problemas sencillos
De arte
Ya a partir del primer año puede empezar a estimularse el pensamiento artístico abstracto. Así, pueden represente la vida tal como la ven sus ojitos. Los crayones de colores, plastilina e instrumentos musicales sencillos pertenecen a este grupo.
Aprendizaje del lenguaje
Desde edades muy tempranas comienza la creación de los hábitos de lectura y el desarrollo del lenguaje. Los pequeños aprenden de sus padres y aprenden a escucharlos y a utilizar los libros de ilustraciones.
Desarrollo físico
No solo desarrollan su capacidad física. También les enseñan autorregulación e interacción con los demás para sobrepasar retos y establecer metas. Las pelotas, los juguetes de halar y empujar son ideales para este propósito.
Trata también de visualizarte utilizando ese juguete para jugar con tu pequeño. La interacción social contigo es mucho más importante que el medio que se utilice. Solo así puedes ayudarle en esta etapa a regular sus emociones, socializar con otros miembros de la familia y desarrollar otras habilidades que necesitará en su vida futura[.
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