¿Te preguntaste alguna vez cómo hacían nuestras antepasadas para descubrir cuanto antes si estaban embarazadas? De hecho, tratar de determinar precozmente el embarazo siempre fue una preocupación de los futuros (o no) padres y madres. Entre los muchos métodos probados, un médico argentino inventó la prueba de la rana a mediados del siglo XX. Este método se hizo muy popular y se utilizó por varias décadas hasta que fue reemplazado por la detección en base a las reacciones inmunológicas producidas por la hormona hCG.
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Historia de la detección del embarazo
Hoy en día el procedimiento es muy sencillo: ante la sospecha de embarazo o falta de una menstruación, lo único que tienes que hacer es dirigirte a la farmacia y comprar un test de embarazo.
Después, en la intimidad de tu hogar, simplemente debes poner el reactivo en contacto con tu orina, esperar unos minutos y… ¡ya está! Revelado el misterio con casi el 100% de efectividad.
Y aunque no siempre fue así, lo que no ha cambiado es la curiosidad, ansiedad o necesidad de saber si existe o no un embarazo en la forma más temprana posible.
Según ECYT, la Enciclopedia de Ciencias y Tecnología de la Argentina, aunque no se sabía exactamente por qué, siempre se relacionó la orina de las mujeres con la detección del embarazo.
En realidad, la existencia de la hormona hCG fue descubierta en el año 1930 y todos los métodos desarrollados hasta la década del 60 del siglo pasado, se basaban en los efectos de la orina de la mujer embarazada sobre plantas o animales.
- Orinar sobre trigo o cebada: en el antiguo Egipto, hace miles de años, para saber si estaba embarazada, una mujer orinaba sobre semillas de trigo y cebada. Si a los pocos días germinaba la cebada, estaba embarazada de un varón. Si germinaba el trigo, estaba embarazada de una niña. Si no había germinación, tampoco había embarazo. Estudios realizados en el siglo XX demostraron que este método tenía una efectividad del… ¡70%!
- Prueba de la rata: a comienzos del siglo XX se desarrolló un método con ratas. Se inyectaba la orina de la mujer supuestamente embarazada en ratas hembra inmaduras durante 3 días, dos veces por día. Al cabo de 100 horas se inspeccionaban los ovarios de las ratas y, si había embarazo, los tejidos se hallaban engrosados. Este método se denominó Ascheim-Zondek, por los médicos alemanes que lo desarrollaron en 1928, era costoso, complejo y… ¡no mucho más efectivo que orinar sobre trigo o cebada! Ya que tenía una certeza del 80%.
- Prueba de la rana o sapo: Las pruebas de detección de embarazo con sapos y ranas se hicieron muy populares a partir de la década del 30 del siglo pasado. Se basaban en la inyección de orina de mujeres supuestamente embarazadas en ranas, lo cual producía su ovulación, o sapos, en los que causaba la maduración y expulsión de espermatozoides. Estos métodos tenían una alta efectividad y rapidez, eran económicos y sencillos y se utilizaron hasta que fueron reemplazados por métodos inmunológicos.
- Detección de embarazo en orina y sangre: estos métodos se basan en la detección de la presencia de la hormona hCG mediante reactivos químicos y pruebas inmunológicas.
- Test de embarazo casero: lo más avanzado en pruebas de embarazo, casi tan efectivo y seguro como los análisis de laboratorio, se basa en el mismo principio.
La prueba de la rana, un método que todavía se utiliza
Las primeras pruebas con ranas y sapos comenzaron alrededor de 1930 en los Estados Unidos, utilizando diferentes especies de batracios. La prueba desarrollada por Lancelot Hogben en 1930 consistía en inyectar orina de la mujer supuestamente embarazada en una rana hembra, lo cual producía su ovulación en aproximadamente 18 horas con una efectividad del 94 al 97%. Sin embargo, sólo podía obtenerse este resultado varias semanas después de la primera falta menstrual y las ranas debían esperar 40 días antes de poder utilizarse nuevamente.
El método que realmente se popularizó como prueba de la rana fue desarrollado por el médico argentino Carlos Galli Mainini. De hecho, la prueba de la rana se conoce como Reacción de Galli Mainini. Era un método eficaz y económico. Se basó en un descubrimiento de su colega Eduardo de Robertis, quien trabajaba con el premio Nobel de Medicina Bernardo Alberto Houssay. Consistía en inyectar orina de la mujer supuestamente embarazada, en el saco linfático dorsal de sapos macho comunes. A las dos o tres horas, la orina del sapo contenía espermatozoides.
Aunque a la luz de los precisos y personales tests de embarazo que se pueden adquirir en las farmacias, estos métodos parezcan un poco primitivos, en realidad fueron los que permitieron los avances de la ciencia. Y en las zonas rurales de varios países sudamericanos y México, donde es difícil acceder a otros recursos, la prueba de la rana todavía se utiliza.
Efectos colaterales de la prueba de la rana
Según varias publicaciones, la prueba de la rana utilizada en la detección precoz del embarazo a partir de la década del 30 del siglo pasado, ha tenido un efecto colateral inesperado.
Para la realización de estas pruebas en todo el mundo, se importaron miles de ranas africanas de la especie Xantopus o rana de uñas.
Cuando la prueba de la raza se hizo obsoleta, los laboratorios liberaron las ranas. De hecho, es habitual encontrar poblaciones de estas ranas en las cercanías de los hospitales o laboratorios en áreas urbanas, donde se han acostumbrado a vivir en charcos y pequeños arroyos.
Sin embargo, parece que las ranas eran portadoras de un hongo que se propagó entre otras especies de batracios causando una enfermedad denominada quitridiomicosis.
Según las últimas evaluaciones globales, casi un tercio de las especies de anfibios y batracios se halla en extinción, y una de las causas es la infección causada por este hongo.
Aunque el riesgo de extinción de especies animales se viene estudiando desde hace mucho tiempo, a comienzos del siglo XXI unos investigadores australianos comenzaron a sospechar la relación entre las ranas que se utilizaron para pruebas de embarazo y la propagación del hongo.
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