Los primeros momentos junto a tu bebé recién nacido pueden significar la experiencia más maravillosa o aterradora que tendrás. Comienzan los temores y nada de tiempo para ti. Un bebé recién nacido requiere atención durante todas las horas del día. Si eres primeriza, será un impacto tremendo descubrir de qué se trata esto.
Tal vez los llantos recurrentes te desesperan, te preguntarás si tendrá hambre, sueño, está sucio o simplemente quiere llorar. Y es un ciclo que se repetirá una y otra vez hasta que ambos, o toda la familia, aprendan a sincronizarse. Serán momentos intensos y llenos de cambios inesperados.
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Alimentación segura para un bebé recién nacido
Sabes que la principal actividad de un bebé recién nacido es comer, comer y comer… Obviamente estás más que preparada para este momento, pero en los primeros días será una etapa muy difícil. Lactar te puede parecer algo abrumador. Sigue estos tres consejos para que la experiencia no sea tan traumática:
Prepárate para amamantar
Puedes realizar una especie de “ritual” que te permita lactar mejor. Toma un vaso de agua mientras lees una revista. También, aprovecha para ir al baño pues la lactancia lleva tiempo. Los primeros días te sentirás cansada para hacerlo, pero mejorarás a medida que pasen los días, porque la leche fluirá mucho más rápido y tu bebé se saciará más fácilmente.
Utiliza compresas calientes
En el primer mes, los senos se hinchan y duelen debido al bloqueo de algunos conductos. Colócate encima una manta térmica o una compresa caliente para aliviar y desbloquear dichos conductos. Si aún después de amamantar siguen doliendo los senos, utiliza una compresa fría.
Realiza cursos prenatales
Si eres de las mujeres que se prepara con anterioridad tendrás mucho más éxito. Estos tipos de cursos, además de proporcionarte una basta información, te darán charlas de lactancia materna. Son muy enriquecedoras y te permiten no sentir miedo cuando te toque hacer la práctica.
Dormir, lo segundo que hace un bebé recién nacido
Ten por seguro que cuando tu bebé no coma es porque está durmiendo. Pueden llegar a dormir hasta 16 horas máximo al día, en tiempos interrumpidos. Por tal motivo, sentirás que no descansas y estarás en un estado de alerta durante todo el día. Él descansará, pero tú no lo harás. Dos consejos bases para no volverte loca por la falta de sueño son:
Enfócate en cuidar a tu bebé y no en estar cansada
Este será tu principal objetivo. Sí, todavía estarás cansada. Pero si te centras en tu bebé recién nacido, será más soportable. Otra forma de poder lidiar con este trabajo es turnarte con tu pareja. Si trabaja durante la semana tomar un turno en sus días libres te permitirá dormir. Así él se acercará a su bebé tanto como tú.
Duerme cuando el bebé lo haga
Probablemente este sea el consejo más común de todos, pero es el mejor y más efectivo. Al principio será difícil hacerlo, ten en cuenta que solo tú puedes acostumbrar al bebé a dormir en horas cómodas que aproveches para ti. Cuando el pequeño presenta problemas para dormir, te recomendamos seguir tu instinto de mamá y usar la creatividad. Al sentir los latidos del corazón, creerá que está dentro de tu vientre y se relajará.
Papi también debe ser parte de todo el proceso
Desde antes de nacer el bebé, tu pareja debe estar presente en todas las etapas del embarazo, esto creará un lazo entre los tres. Cuando el bebé nace, de ti dependerá que este lazo se siga fortaleciendo. Déjalo hacerse cargo de las situaciones y que resuelva mientras lo observas.
Papá debe sentir confianza
Ciertos padres primerizos tienen muchas dudas a la hora de involucrarse en el cuidado del bebé. Sienten temor de no hacerlo bien, de que su hijo sufra y tú te molestes. Por ello, debes dejar que se equivoque sin reprochárselo. Luego, cuando haya terminado, corrígelo de buena manera.
Divide las tareas antes de que llegue el bebé
Durante las primeras semanas debes velar por el bienestar del bebé. Los quehaceres del hogar e incluso tu propio cuidado pasan a un segundo y tercer plano. Por ello, es bastante cómodo que el padre se encargue de los cuidados de la casa o las compras. Y por qué no, una que otra tarde con el bebé.
Por otro lado, los padres también merecen tiempo de calidad con sus pequeños. Si él quiere cargarlo en su pecho, déjalo, aunque no sea una hora adecuada.
Mantente sana
Aunque el bebé recién nacido es tu prioridad, no debes olvidarte de ti. Si tú no estás sana, tu hijo tampoco lo estará. Siempre habrá un pequeño momento en el que puedas descansar y asearte. Tres consejos para poder lograrlo:
Muchos querrán ayudarte pero no sabrán qué hacer
Que no te de pena explicar cómo pueden darte una mano. Si tu prima quiere cargarlo mientras te bañas, ¡aprovecha esa oportunidad! No todos los días alguien estará a tu lado para cuidar al pequeño.
Olvídate de las tareas del hogar
Si tienes un pequeño momento, descansa, arréglate o lávate el cabello. Ya luego tendrás tiempo para hacer algo más. Si tus visitas se quejan, invítalos de buena manera a que te ayuden a hacerlo. Tu prioridad es tu bebé y el resto del tiempo debes hacerte un mantenimiento para rendir mejor.
No te desconectes del mundo que te rodea
Así sea para charlar con alguna vecina, sal de tu casa. Puede ser un buen momento para tomar un poco de sol, o simplemente ver la gente pasar. Sirve mucho las redes sociales para esto, pero sigues estando en el teléfono. Ser madre no implica tener que separarte del mundo.
Los consejos están hechos para seguirlos o tomar lo mejor de ellos para mejorar. No tengas miedo a esta etapa. Si te preparas lo harás de maravilla.
Se conoce que los primeros tres meses son los más difíciles. Luego de esto, recordarás esos instantes como experiencias adorables e inigualables. Siempre es bueno seguir consejos de personas que ya hayan cruzado ese puente. Así tu bebé recién nacido y tú, tendrán más momentos para compartir amor. Nadie te enseña a ser madre, pero te puedes asesorar para mejorar cada día.
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